La nutrición apropiada es una de las necesidades básicas de salud
para que los adolescentes desarrollen al máximo su potencial biológico. Al
evaluar el estado nutricional de los adolescentes se requiere tener en cuenta:
1. El proceso dinámico de aceleración
de la velocidad de crecimiento; el aumento de estatura y peso, y los
principales cambios de la composición corporal que caracterizan a los
adolescentes.
2. El consumo ideal de proteínas,
energía y vitaminas que, casi siempre, está muy lejos de las posibilidades
económicas y de la realidad social de la mayoría de los adolescentes que viven
en países o áreas pobres. Por tanto, las modificaciones y adaptaciones de la
dieta y de la cantidad diaria recomendada deben ser objeto de constante
atención por parte de todos los profesionales de la salud.
3. Los aspectos emocionales y los valores culturales de la
alimentación, con sus efectos favorables y desfavorables en las actividades
regulares de la vida de los adolescentes. El significado de la lucha por la supervivencia
diaria y la mejora de las perspectivas futuras pueden servir de fuerza
impulsora o restrictiva de los hábitos de alimentación y los cuidados
nutricionales.
Muchos
de los programas e investigaciones sobre nutrición en la adolescencia, así como
los estudios a corto y largo plazo hechos por varios centros, son poco
satisfactorios, sobre todo por la falta de información y de comparación de
datos epidemiológicos a nivel nacional e internacional. Sin embargo, el estado
general de salud y nutrición sirve simultáneamente de indicador de las
deficiencias sufridas en la infancia y de guía respecto a las prioridades de
prevención y tratamiento necesarias para lograr una sociedad adulta sana. Al
evaluar los riesgos que para la salud tienen las insuficiencias y los excesos
nutricionales, siempre es importante considerar la interacción de los
adolescentes en sus diversos medios socioeconómicos y el intercambio de
influencias y de valores familiares, así como educativos y de los sistemas de
comunicación y propaganda.
Uno de los desafíos del trabajo en la
red de atención primaria es cómo transmitir a los adolescentes y a la comunidad
los conceptos básicos de nutrición y alimentación. Los cambios en los patrones
de comportamiento durante la adolescencia pueden servir también de
catalizadores para programas más adecuados de educación para la salud. Los
adolescentes casi siempre cuestionan su apariencia física, su estilo de vida,
sus creencias y sus preferencias. Por esa razón, son receptivos a la
información reciente sobre nutrición siempre y cuando se establezca una
relación de comprensión, respeto y confianza con el sector salud. Los
profesionales del campo de la educación, la salud y la nutrición, deben
desempeñar un papel facilitador y saber compartir las responsabilidades con los
propios adolescentes, quienes pueden experimentar, escoger y decidir nuevas
formas de satisfacer sus necesidades alimentarias cuando se les estimula
debidamente.
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